Ante los hechos ocurridos el día martes 31 de marzo en la sede Juan Gómez Milla de la Universidad de Chile y que culminó con la detención de una compañera, y de igual manera ante los detenidos el día martes 8 de abril en el Pedagógico, deseamos expresar el apoyo y la solidaridad hacia lxs compañerxs y compartir una reflexión…
Aquel día (31 de marzo) diversos grupos unidos por el ataque al capital y el odio a toda autoridad coordinan una acción, a través de la informalidad, en venganza por Jonny Cariqueo y todxs lxs luchadores abatidos dentro de la guerra contra el capitalismo. Así, preparados para el enfrentamiento, se irrumpe la monótona rutina de la explotación, cortando las rutas de la mercancía y de los “muertos vivientes de la sociedad”, atacando de frente a los aparatos represores del estado, entendiendo que esta táctica de confrontación directa, es una de las variadas maneras por las que mantenernos unidos a nuestros compañerxs caídos, en la que se cristaliza la solidaridad hacia lxs prisionerxs del estado y que apunta a la destrucción del poder mediante la propaganda por la acción.
Es también la acción cotidiana, la que de igual forma, va carcomiendo los cimientos de la sociedad, por lo que la libre asociación de individuos afines en practicas y objetivos, es una acción que niega las relaciones sociales impuestas por el capital, por lo que son estos grupos, basados en el conocimiento del/la compañerx los que brindan también la confianza para la acción y potencian el desarrollo de cualidades necesario para la destrucción del poder.
Pero, ¿por qué hermanarse con quien no tenemos certeza de sus objetivos y desconocemos su consecuencia personal?
¿Por qué solidarizar con lxs compañerxs presxs a quienes no conocemos y quizás jamás compartimos ni siquiera un gesto cómplice?
La agudización de la guerra social nos dice que la solidaridad entre compañerxs debe ser una acción y arma efectiva, así ésta nos hermana con quienes no conocemos y/o viven en otras latitudes del planeta, pues reconocemos en las acciones de éstos una cercanía que nos hace parte de la misma lucha.
Hay muchos compas muertos, de quienes desconocemos sus ideas y/o proyectos, sin embargo valoramos el arrojo, la valentía, las posiciones concretas y radicales que les costaron la vida. Seguiremos adelante con nuestras ideas y ataques, reivindicando sus nombres y saciando nuestra sed de venganza, pues sufrieron las consecuencias de la guerra social que hoy, los que seguimos de pie, asumimos.
De igual forma, para con aquellos/as prisionerxs del estado debemos ser críticos, no idealizarlos ni condenarlos, pero si elaborar las criticas pertinentes que puedan ser un aporte a lxs compañerxs y que nos permitan extraer experiencias importantes para el desarrollo propio.
Ante la detención de cualquier compañerx, el silencio es complicidad con el estado, y el no solidarizar nos hace parte de la pasividad que avala la cárcel. Quizás muchas veces lxs presxs no se revindiquen o revindiquen posturas divergentes a las nuestras, lo que no justifica nuestra dejación, debemos tener posiciones claras y coherentes, lo que implica que muchas veces tengamos que desmarcarnos y establecer las diferencias de los discursos de lxs compañerxs.
Jamás seremos libres hasta vaciar todas las celdas y todas las jaulas, por lo que permanecer impávidos ante el encierro de cualquier ser, vuelve inconsecuente nuestra posición antiautoritaria.
Esperando que el texto sea una incitación a multiplicar las acciones de solidaridad con lxs compañerxs prisionerxs y un apoyo concreto a la moral de éstos, ya que tengan la certeza de que grupos de insurrectos no están pasando por alto sus vidas.
¡A empuñar la solidaridad contra la cómoda indiferencia del capital!
¡GUERRA SOCIAL!
